El conflicto

Es en el encuentro, en el contacto con otro, que me construyo como individuo. Y el contacto con el otro es al conflicto como la respiración es a la vida. Los conflictos forman parte de la naturaleza humana y es con ellos que crecemos como personas, que evolucionamos. Siempre y cuando aprendamos a gestionarlo.

Evitar el conflicto a toda costa, como patrón de conducta, te asienta en la creencia de que no eres capaz de gestionarlos y eso hace que tu autoestima baje.

También es importante saber cuándo es necesario abordar el conflicto y cuando no, es decir, que en ocasiones está bien y es necesario no entrar en el conflicto. Como señala Walter Riso, “la evitación no es siempre cobardía, a veces es prudencia y otras veces inteligencia”.

Todo esto procede de nuestra infancia y de lo que aprendimos. Si no se dio la suficiente importancia a lo propio, a tus necesidades sino a complacer a los demás, si no existían unos sanos límites, si tus figuras de apego eran más bien autoritarias, etc.

Cómo gestionamos la dificultad forma parte de lo que conforma nuestra personalidad y como bien sabemos, las PAS tenemos la tendencia a no desear ningún conflicto, para mantener la calma, para no entrar en confrontación con el otro, con todo lo que ello supone.

Ante el conflicto, nuestra amígdala se sobreactiva, nos sentimos en peligro. Sentimos temor ante la visión de una futura ruptura o feo desencuentro con la otra persona. Incluso tememos un posible rechazo o alejamiento temporal o definitivo del otro.

¿Cómo te desenvuelves en el conflicto? ¿Lo evitas a toda costa, lo abordas pero ante tanta activación actúas desproporcionadamente, te disparas, o por el contrario te bloqueas y quedas inmovilizada?

Acompaño a muchas PAS en la gestión de los conflictos, el manejo de los límites y la regulación emocional. Si sufres demasiado tal vez sea el momento de iniciar un proceso de aprendizaje. Aquí estoy si lo necesitas.


Hola, soy Ana Curto, Terapeuta para PAS.

Desde siempre me ha apasionado el mundo interior de las personas, aquello que no se ve a simple vista sino que se descubre con calma, paciencia y cariño.

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