Rumiación (I)
En mis sesiones, se repite el tema de lo que conocemos vulgarmente como 𝐛𝐮𝐜𝐥𝐞𝐬 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬, es decir, aquellos pensamientos inquietantes, negativos, repetitivos, que aparecen sin buscarlos, sin llamarlos y que nos meten en un laberinto cada vez más negro y del que, cada segundo que pasa, es más difícil salir.
“Mi cabeza no para”, “Una vez que empiezo 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐫 y entro en bucle”, “quisiera tener un 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐫𝐮𝐩𝐭𝐨𝐫 para dejar de pensar”, “de una cosa voy a otra peor y me pongo fatal, 𝐥𝐨 𝐯𝐞𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐧𝐞𝐠𝐫𝐨” , etc.
Es fácil como PAS, sorprendernos reflexionando, 𝐫𝐮𝐦𝐢𝐚𝐧𝐝𝐨 alguna cuestión, divagando por el incierto 𝐟𝐮𝐭𝐮𝐫𝐨 o por el irrecuperable 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨. Estas actividades suelen traernos emociones y sentimientos poco agradables: tristeza o melancolía por algo que sucedió, rabia al recordar un daño sufrido, ansiedad ante algo que puede ocurrir, miedo, etc.
Por eso es tan importante prestar atención, ser conscientes de lo que pensamos, sentimos y hacemos en el 𝐦𝐨𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞. Está bien reflexionar cuando es productivo, cuando nos resulta útil pero no suele serlo cuando nos lleva al pasado o al futuro, que básicamente no existen salvo en aquellos aspectos que 𝐚𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞, que es lo único 𝐫𝐞𝐚𝐥.
Volver al momento presente es nuestra tabla de salvación, volver a lo que estabas haciendo, a lo que tienes entre manos, a lo que es real, y si eso no te ayuda, cambia tu 𝐟𝐨𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨́𝐧 a algo que sepas que te sacará del bucle, una conversación con alguien, una serie de la tele, música alegre, jugar con tu perro o gato, hacer ejercicio, qué se yo, hay mil cosas.
Permitirte pasar tiempo dentro del bucle 𝐚𝐟𝐞𝐜𝐭𝐚 𝐚 𝐭𝐮 𝐬𝐚𝐥𝐮𝐝, recuérdalo, favorece la ansiedad, la tristeza, el agotamiento, las tensiones físicas (¿te suena apretar los dientes tal vez?, tensiones musculares localizadas sobre todo en la espalda), un peor descanso por las noches, etc.
¿Entras muy a menudo en bucle? ¿cómo haces para salir de él? ¿aprietas o tensas alguna parte de tu cuerpo? te leo en los comentarios.
Hola, soy Ana Curto, Terapeuta PAS.
Desde siempre me ha apasionado el mundo interior de las personas, aquello que no se ve a simple vista sino que se descubre con calma, paciencia y cariño.